NO ESTAMOS NI SOMOS INVITADOS
Estos momentos son graves. Estamos en medio de una larga tormenta con ruidos de
lluvia y fuego. Desgraciadamente sin poder acceder a la sabiduría y cordura de
algunos.
Lo que sucede es justamente eso, han sido
eliminado los recursos a los sabios, borrándolos de la cultura o del saber popular,
de la biblioteca del internet. Limitando el acceso, para que lentamente el
saber pueda ser controlado y así controlar
una vasta masa humana subyugada.
Globalmente se procura controlar y homogeneizar una nueva forma de ser
ciudadano; por ejemplo forzando aceptar que los géneros humanos son otros que
los ya tradicionalmente aceptados.
Luego un mundo emergente multipolar es
rechazado por dirigentes políticos que han declarado vivamente que países como China,
o el universo Asiático representan un peligro para Occidente porque ellos han
solucionado sus problemas de pobreza colectiva al producir una sustantiva
riqueza.
Las élites corporativas que han accedido al poder con la llamada Globalización,
han decidido finalmente fundar un
Gobierno Mundial Corporativo; que es una antigua propuesta social global que ya
existía en filosofía, desde el siglo 18, en Inglaterra.
Para llevar a cabo esta tarea global
-difícil y larga- se necesita implementar una unidad de conciencia y una unidad
de comportamiento de la clase social productiva.
Un comportamiento voluntariamente aceptado por sociedades y pueblos de clase
media y alta burguesía.
Actualmente escuchamos solamente un
ruido de fondo, atenuado, difundido por
los medios de comunicación y redes mediáticas de prensa; ruido lejano de
guerras, fuego permanente, amenaza de peligros y tragedias.
El pueblo, ciudadanos, no han sido
invitados a dar su opinión; y no serán invitados a dar una opinión. La tertulia Corporativa se reúne a puerta cerrada para dar las
instrucciones de lo que hay que decir, la narrativa y desde luego qué hay que hacer.
Desde hace un tiempo ya, estamos dentro
de una nueva guerra mundial; que no es ni será con declaraciones oficiales como
fue en las antiguas guerras mundiales, y esta tampoco es ni será una guerra atómico-nuclear;
únicamente debido a la autodestrucción que nos ocasionaría a todos por igual. Aunque
es ya una guerra global, planetaria que abarca
soldados, cañones, misiles y armas y obliteración de fronteras, países y
modos culturales, etnias e incluso idiomas locales.
Todo es sometido periódicamente a revisión; género masculino, femenino,
comportamiento infantil, vida social, ingresos monetarios, y autonomías
individuales.
Es la fría y cruda realidad de la actualidad que vivimos hoy en día, no se
trata de un solo frente de batalla, sino de múltiples frentes de batalla.
La hegemonía del mundo Occidental, o
aquella de una sola potencia o un solo país está en guerra contra las
hegemonías emergentes. Antiguas hegemonías luchan por conservar antiguos dominios
coloniales en Africa o apoderarse de mercados de Asia o del Pacífico transformando culturas milenarias en nuevos frentes de batalla y que lo serán por
largo tiempo.
Esto es el actual estado de guerra mundial y en ella estamos.
Efe Védelavé
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